lunes, 18 de abril de 2016

El retablo de las maravillas; acérquense señores, ¡este retablo es una maravilla!



        Aprovechando el año en que nos encontramos, cuarto centenario de la muerte de Cervantes, las compañías han dado rienda suelta a sus obras para homenajear su memoria; y yo también voy a aprovechar esta ocasión para presentaros un “post remember”, que en su momento no pude escribir, sobre una de sus obras más conocidas.  Así, nos encontramos con que Morfeo Teatro, compañía burgalesa especializada en los grandes clásicos, vino a Zaragoza a estrenar su versión de El retablo de las maravillas, de Miguel de Cervantes, en el Teatro principal de Zaragoza.  Después de que varios amig@s, también perdid@s, me recomendaran tanto la obra como la compañía, no lo dudé, una sátira atemporal creada por el autor a modo de entremés, donde como sólo un genio como Cervantes podía hacerlo, se nos muestra la condición humana y el carácter español de un modo tan claro. No me podía defraudar.

       Imagino que conocéis la obra, al menos a grandes rasgos; una compañía de cómicos va de pueblo en pueblo presentando su obra, que no es ni más ni menos que un retablo donde sólo los cristianos viejos y puros pueden ver lo que en él se recoge…  En un país donde la honra y la pureza de sangre se encontraba tan exacerbada, no es de extrañar que todo aquel que se tenía por honrado y puro falseara la experiencia ante que se encontraban, solo por el mero hecho de “aparentar”.

 
Foto:  Morfeo Teatro

Y así comienza, con nuestros protagonistas, Chanfalla (Francisco Negro) y La Chirinos (Mayte Bona), cómicos, que se presentan ante las personalidades más relevantes del lugar, buscando incautos a quien sacar unas monedas prometiendo una excelente velada viendo elementos en un retablo, el de Tontonelo, nunca vistos, a todo aquel que quisiera pagar por ello, algo que sólo aquellos que fueran dignos, lo que llamaban "gente de buen nacer", podrían ver.

En un pueblo cualquiera de la España más profunda, nuestros protagonistas se encuentran con el beato gobernador (Adolfo Pastor), el alcalde Benito Repollo (Santiago Nogués) y Juan Castrado (Felipe Santiago) el regidor y tesorero del ayuntamiento.  Sabiendo que apelar a la pureza de sangre significaba tanto en un lugar como ese, los cómicos se aseguraban con su espectáculo un desenlace beneficioso.  En casa del regidor y en compañía de su mujer (Mamen Godoy), los cuatro se preparan para asistir a lo que sólo ellos como honrados españoles puros podrían ver, ante un retablo vacío, sin actores, donde únicamente su afán de aparentar les hace ver lo que no existe, hasta que llega el propio autor, un Cervantes (Joan Llaneras) que intenta dar lección moral a nuestros protagonistas, indagando en la ruindad humana por las apariencias…  Un final sorprendente que llega al espectador de una manera plena, redondeando aún si cabe el propio entremés del autor.  Mención aparte merece la puesta en escena: con un escenario que resulta ser un Guernica sin personajes, se ha sabido dotar de personalidad a un elemento externo, pero en la mayoría de ocasiones imprescindible, como éste.  

Con un texto donde la decadencia política, ética y moral de los ciudadanos y la gran importancia del juego de las apariencias para tener una vida digna se establecen como premisas entre los habitantes de un pueblo, algo que en la España de la época era algo habitual, hemos de alabar la brillante maestría con la que Cervantes criticó constructivamente estas absurdas costumbres, como un hombre adelantado a su tiempo que tenía una visión que debería haber sido compartida por otros, y no ninguneado como lo fue en su época.

Con este texto maravilloso pudimos disfrutar durante casi dos horas de unas excelentes interpretaciones, con la guinda de la intervención del enorme Joan Llaneras, Premio Ercilla de teatro, como Cervantes.   Me encantó, me reí muchísimo con las interpretaciones de todos y cada uno de los miembros de la compañía, que gozan de un cariz de comedia asombroso, sin llegar al “payasismo” o a la risa fácil. Sólo señalar que es una obra 100% recomendable, como todas las producciones de Morfeo Teatro, más aún si, como yo, sois unos entusiastas del teatro clásico; así que si queréis disfrutar de una divertida velada, con una obra de teatro perfecta y unas grandes interpretaciones, no os lo perdáis!!!  No sólo no os decepcionará, sino que os encantará, palabra de perdida!


EL RETABLO DE LAS MARAVILLAS
MORFEO TEATRO

Dramatización y dirección:  Francisco Negro

Reparto:

Francisco Negro.- Chanfalla
Mayte Bona.- La Chirinos
Felipe Santiago.- Juan Castrado
Adolfo Pastor.-  Beato Gobernador
Santiago Nogués.- Benito Repollo
Mamen Godoy.- Esposa del regidor
Joan Llaneras.- Cervantes

 

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