viernes, 30 de diciembre de 2016

Mi top 5 de 2016. ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!! (y gracias por hacerme superar las 15000 visitas)



¡Buenas noches perdid@s!  En esta última entrada del año, en primer lugar quiero desearos una feliz Navidad (aunque vaya un poco tarde, como siempre) y un felicísimo Año Nuevo 2017, lleno de diversión, de felicidad y, como no, de ¡teatro!.  En segundo lugar, agradeceros, una vez más por vuestras visitas, por ampliar poquito a poco este mundo de “perdid@s” locos por el arte, y por hacerme superar las ¡¡¡15000 visitas!!! Aún no me lo creo, parece un sueño haber podido entrar en “tantas casas” para contaros mis experiencias y acercaros un poquito más el teatro a cada uno de vosotros, y tras dar un poquito la tabarra con los agradecimientos, vamos al contenido de la entradita de hoy:  Mi top 5 entre todas las obras que he podido disfrutar en 2016.

Realmente no soy una entendida en la materia (ni intento dármelas de tal), sólo me limito a contar lo que veo y mis impresiones, lo que me hacen sentir y lo que me transmiten los textos, las interpretaciones… y en base a ello voy a intentar, aunque sea muy difícil, señalaros mis cinco obras favoritas de este año, y por tanto 100% recomendables (si queréis recordar mis entradas sobre las mismas, sólo pinchad encima del título).

En primer lugar, haciendo una enumeración en base a un criterio meramente temporal, El intérprete, en su versión XXL en su clausura, en el Teatro Calderón de Madrid.  De todos es conocida mi admiración por Asier Etxeandía y toda su “banda”, pero era necesario, objetivamente, incluir esta obra en mi selección, sobre todo por todo lo que me ha hecho sentir durante todo este tiempo, y el cambio de vida a que puede llevarte…  Lástima que haya cerrado ese capítulo…  Deseo que tenga muchísimo éxito en el resto de sus proyectos, aunque para todos los invisibles, El intérprete siempre será especial.


En segundo lugar, una obra que tenía muchas muchas ganas de ver, y que al fin pude disfrutar en la Pensión de las Pulgas en Madrid, MCBIG, esa maravillosa versión de José Martret que hace estremecer al espectador al disfrutar de la intensidad de sus intérpretes (enormes sus dos protagonistas principales Francisco Boira y Rocío Muñoz Cobo) de un modo tan cercano.  Absolutamente recomendable también, pero esta sala ha cerrado sus puertas, por lo que espero que vuelva en alguna otra sala o en gira, para poder volver a disfrutarla.


En tercer lugar, Invencible, de Jordi Galcerán, con un maravilloso reparto que te lleva de la carcajada a la lágrima en un instante, y que te hace pensar… una obra de gran trasfondo con un maravilloso Jorge Calvo, y que, ésta sí, sigue de gira por España, así que no os la perdáis.


En cuarto lugar, Incendios, un profundo texto de Wajdi Mouawad con una brillante Nuria Espert y una enorme Laia Marull, que destacan dentro de un espectacular elenco, bajo la batuta de Mario Gas, que no deja a nadie indiferente, que te remueve por dentro y te deja tocado, puro arte sobre las tablas, también en gira, así que… no os arrepentiréis si la podéis disfrutar.



Y por último, pero no por ello menos importante, la ganadora de cinco premios Max (además de muchos otros) en su última edición, La piedra oscura, un texto de Alberto Conejero bajo la dirección de Pablo Messiez sobre la memoria histórica, la justicia… una historia en plena guerra civil que nos hace preguntarnos sobre la identidad de cada uno, los sueños, los sentimientos, y cómo las circunstancias determinan de modo evidente nuestros actos (hay que ser muy fuerte para ir en contra de ellas…).  No os la perdáis, tanto por el texto como por los magníficos intérpretes (Daniel Grao y un impresionante Nacho Sánchez) que le dan vida.



Os invito a que volváis a disfrutar de las entradas sobre las obras que señalo, unas pocas dentro de un conjunto lleno de arte, una labor difícil, pues ha sido un año lleno de teatro, y si me ponía a enumerar…ufff, os habría aburrido mucho jejeje, y también a que si podéis, las disfrutéis, porque seguro que no arrepentiréis.  Sin más (puesto que me ha quedado una entrada un poco larga…) me despido de vosotros hasta el próximo año, no sin antes volver a agradeceros a todos los que me seguís y compartís conmigo mis locuras, deseándoos una feliz entrada de año, y que este año nuevo sea un año lleno de teatro, porque ya sabéis, ¡ir al teatro es siempre una buena opción!  ¡Felices fiestas perdid@s!



miércoles, 14 de diciembre de 2016

La piedra oscura, porque nadie puede desaparecer del todo, ¿verdad?



¡¡¡Hola perdid@s!!! En esta ocasión vengo a contaros la última obra que pude disfrutar en mi teatro de cabecera, el Teatro Principal de Zaragoza, el pasado fin de semana.  Se trata de La piedra oscura, la obra que destacó en la pasada gala de Premios Max con sus cinco premios, incluyendo mejor autor, director y obra, y que tenía tantas ganas de ver desde su estreno en la Sala Galileo de Madrid. 

 Es una obra producida por el Centro Dramático Nacional y LaZona Teatro; un texto de Alberto Conejero, bajo la dirección de Pablo Messiez, que plasma, sobre una base real que la inspira, el encuentro de dos hombres en la habitación de un hospital militar en Santander y el transcurso de una noche que hará aflorar sus sentimientos más profundos, una caída de máscaras que da lugar al encuentro de lo real, la existencia de dos corazones atormentados. 

Nada más entrar en la sala, encontramos a nuestros protagonistas inmóviles, ya en el escenario, haciendo que el ambiente se convierta en propicio para lo que vendrá.  Un montón de cáscaras de mandarina y una canción con golpes de platillo comienzan nuestra obra; “Soldadito español” resuena en la mente de Sebastián, el carcelero, (Nacho Sánchez), y una misión: vigilar hasta el amanecer a un prisionero herido, Rafael Rodríguez Rapún (Daniel Grao), estudiante de Ingeniería de Minas, secretario y ocasional actor del grupo de teatro universitario La Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas.

Foto: Centro Dramático Nacional

A partir de ahí nuestros protagonistas se embarcan en un viaje de redención; una petición de Rafael para que no se pierdan unos documentos, manuscritos y poemas que el mundo debe conocer, esos versos lorquianos que conformaban los “Sonetos del amor oscuro”  que tanto dicen del propio espíritu humano (que, en realidad, tardaron cincuenta años en ver la luz), y una catarsis de nuestros dos protagonistas, sobre todo en la persona de Sebastián, un adolescente (los históricamente llamados “quinta del biberón”)  “carcelero a la fuerza”, más atemorizado, incluso, por la presencia de sus superiores que el propio condenado, que sueña con ser músico.

Un diálogo lleno de ternura, que muestra la emoción en cada sílaba, con silencios que dicen más que las palabras, y en el que se puede ver el miedo y la resignación a través de nuestros protagonistas, y sobre todo el deseo de que la verdad y los secretos que se ocultan salgan a la luz.   Maravillosa interpretación de Daniel Grao, decidido y paciente a la espera de lo que sabe que está por llegar de modo ineludible, abriendo los ojos a su joven carcelero; y una extraordinariamente desgarradora interpretación de Nacho Sánchez, ese “carcelero forzado” que sueña con la música y teme a aquellos que lo manipularon para convencerlo de que su papel en esta historia es el adecuado, habiendo dejado todo atrás.

Una obra sobre la justicia, la memoria histórica y la necesidad de redención de la mano de dos grandes actores que hacen propio el sentimiento y que se ha convertido en uno de los montajes estrella de la temporada.  Una obra que tenéis que ver sí o sí, y que os aseguro que no os defraudará, que os hará pensar y sentir, y os planteará una cuestión final que redondea un gran texto… y es que “nadie puede desaparecer del todo, ¿verdad?”


LA PIEDRA OSCURA
CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL / LAZONA TEATRO
Puntuación 10 / 10

Autor.- Alberto Conejero 
Dirección.- Pablo Messiez

Reparto:
Daniel Grao.- Rafael Rodríguez Rapún
Nacho Sánchez.- Sebastián

martes, 6 de diciembre de 2016

Incendios, cuando uno y uno no son dos



¡Hola perdid@s! Hoy vengo a hablaros sobre la última obra que pude disfrutar en el Teatro Principal de Zaragoza hace un par de semanas.  Se trata de Incendios, un texto de Wajdi Mouawad, bajo la dirección de Mario Gas, de la mano de Ysarca Producciones y coproducido por el Teatro de la Abadía, una desgarradora historia sobre guerra y relaciones personales que no deja a nadie indiferente.

            Con un elenco encabezado por una brillante Nuria Espert, la magistral batuta de Mario Gas va desarrollando ante el espectador la historia de una mujer, Nawal Marwan, y los “incendios” que asolan su vida.  Comenzamos en una habitación casi vacía; una mesa, una silla y un notario, Hermile Lebel (Ramón Barea), a punto de comenzar la lectura del testamento de nuestra protagonista, Nawal Marwan (Nuria Espert), ante la “extraña” presencia de sus gemelos, Simon (Álex García) y Jeanne (Carlota Olcina).  Una chaqueta, un cuaderno, unos sobres y unas tareas encomendadas a cada uno de ellos es su contenido, tareas que deben llevar a cabo, como últimas voluntades de su madre, abriendo una caja de Pandora llena de misterios, secretos y sentimientos encontrados; un viaje a un destino desconocido con una frase de cabecera “Ahora que estamos juntos, todo va mejor”.

            Es a partir de ahí desde donde se desarrolla nuestra historia, un recorrido por la vida de nuestra protagonista, Nawal Marwan, desde su más inocente juventud (en la piel de Laia Marull) en el pueblo libanés que la vio nacer, hasta su madurez, su ancianidad (Nuria Espert) y muerte.  En un universo de guerras fraticidas en el Medio Oriente, con personajes como el miliciano (Alberto Iglesias) o Nihad (Edu Soto), y mediante un maravilloso juego de dimensiones temporales, nuestros protagonistas intentan cumplir las peticiones de su madre sin darse cuenta de que, poco a poco, están descubriendo a una Nawal que no conocían; sus sentimientos, sus ideales, sus amigos (con especial mención a “la mujer que canta”, Sawda, encarnada por Lucía Barrado), sus objetivos, sus sueños y su descenso a los infiernos.

Foto: Teatro de la Abadía

            Con un texto de “suspense emocional” como el propio autor señala, se consigue tener al espectador clavado en la butaca durante las tres horas que dura la obra, y que, sin dudar, se hacen cortas a la espera del desenlace deseado. Un texto en base a las guerras que el autor conoció en Líbano en su infancia, pero cuyo trasfondo sería aplicable a todo conflicto en cualquier momento de la historia; el dolor de una madre, de una hija, de una amiga, de una superviviente nata que nos cuenta su desgarradora historia de sufrimiento con un halo de esperanza y una única base: el amor.

            Respecto a las interpretaciones, mencionar un sorprendente Edu Soto como Nihad, interpretando grandes clásicos en directo, a una gran Laia Marull, la Nawal joven, cuyo espíritu impregna cada uno de los elementos de la obra, y transmite cada sentimiento al público, que llega a sentirlo como suyo y, por supuesto, a una extraordinaria Nuria Espert, premio Princesa de Asturias de las Artes de este mismo año, cuya sublime interpretación de Nawal en la escena del juicio llega profundamente al interior de cada espectador, haciendo incluso aflorar lágrimas en los ojos de algunos (aunque el director intente huir de ese dramatismo lacrimógeno mal entendido), lágrimas que se convierten en la lluvia que todo lo limpia y que apaga todos los fuegos al final de la obra.

            Teatro del bueno, del que hace pensar, del que clava al espectador a la butaca durante la duración de la obra (incluso al “perdido” que me acompañaba, al que le encantó) y del que merece la pena poder disfrutar, además, con la presencia de un elenco formado por grandes intérpretes que no defraudan.  Arte plasmado en las tablas de un escenario, esa es la mejor definición de lo que yo pude disfrutar esa noche.  Así que, si pasa por vuestra ciudad, vuestro teatro de cabecera o cerca, no os lo penséis, dejad que os “incendien” las palabras de Wajdi Mouawad, os aseguro que no os arrepentiréis… ¡palabra de perdida!


INCENDIOS
YSARCA PRODUCCIONES / TEATRO DE LA ABADÍA
 Puntuación.- 10 / 10 

Autor.- Wajdi Mouawad
Dirección.- Mario Gas

Reparto:
Ramón Barea.- Hermile Lebel / Médico / Abdessamad / Malak
Álex García.- Simón / Guía
Carlota Olcina.- Jeanne
Alberto Iglesias.- Ralph / Antoine / Miliciano / Conserje / El hombre / Chamseddine
Laia Marull.- Nawal joven
Edu Soto.- Wahab / Nihad
Nuria Espert.- Jihane / Nazira / Nawal 
Lucía Barrado.- Elhame / Sawda

Web.- Incendios