Esta vez, y gracias a la
cortesía del Teatro Principal de
Zaragoza, hace alrededor de un mes (disculpadme, pero no pude escribir la reseña antes...) tuvimos la suerte de disfrutar de este magnífico concierto
dramatizado homenaje a Joaquín Rodrigo en el septuagésimo quinto aniversario
del estreno del Concierto de Aranjuez.
En él, bajo la dirección de Alex
Ruiz Pastor, y de la mano de R.M.
Management, se nos muestra la historia de la que fue su esposa y compañera, Victoria Kamhi, durante 64 años; su vida, una vida íntimamente a la vida de la figura que hoy conocemos, Joaquín
Rodrigo.
En
un escenario con la única iluminación inicial de un foco, asemejando la luz del
sol, y un piano, nos encontramos a una pequeña Victoria (Marta Juaniz), que nos cuenta su vida
desde la más tierna infancia, desde sus inocentes aventuras infantiles hasta su
difícil destino. Victoria era una mujer
avanzada en su tiempo, y con claras dotes de superioridad intelectual. Con sólo tres años, se sentó ante un piano, e
interpretó una de las obras que veía “a los mayores” interpretar, “Yo quiero ver la luz”. Esta afición no pasó desapercibida para sus
padres, que la fomentaron mediante el estudio y la disciplina, elevándola a un
nivel que no se reconocía de forma habitual para las mujeres…
Foto: R.M. Management |
Con
un inicial matrimonio planeado por su familia, nuestra protagonista visitó a
una adivina que le habló de su futuro marido, un hombre moreno, que tendría
dinero, bien parecido y cuya mirada no llegaba a atisbar, el maestro
Rodrigo. Así, podríamos decir que,
cuando la luz llegaba a la vida de Victoria por el camino de
la música, la de su futuro marido, Joaquín Rodrigo (encarnado en la
piel del guitarrista Eduardo Baranzano),
se iba apagando, pues comenzaba a quedarse ciego.
Pero
la unión Victoria-Joaquín los hizo fuertes, y así pasaron unidos más de
sesenta años, compartiendo éxitos pero también sufriendo dificultades (guerras,
momentos de menor bonanza económica, problemas de salud…), mientras Victoria
pasaba a limpio las partituras que Joaquín escribía en braille, y se
convertía en “inspiración e impulso” del
propio maestro, convirtiéndose en una magnífica pianista, letrista y
compositora, tanto para composiciones de su marido (La canción de cucu, Aranjuez…) como con respecto a otras obras con carácter propio basándose,
en muchos de los casos, en sus propias experiencias vitales.
Grandes
interpretaciones de la pianista Adela Martín
y de la
soprano Ariadna Martínez dan
cuerpo a esta historia, ilustrándola musicalmente a la par de la narración, con
interpretaciones que van desde la Improvisación
Turca, El negrito Pepo o la Canción del hada rubia (compuestas para
su hija Cecilia) hasta el conocidísimo concierto
de Aranjuez, pasando por madrigales y otras piezas como ¿Con qué la lavaré?, Vos me matasteis, De los álamos vengo madre…
Un
homenaje de gran nivel, que ya fue estrenado en 2014 y que volvieron a
reestrenarlo hace unos meses, en el que, como dice la crítica especializada,
aun cuando muchos recriminaron a Victoria sus actuaciones diciéndole que su destino estaba
abocado a la oscuridad, ella fue siempre hacia la luz hasta encontrarla,
convirtiéndose al final en la luz de los ojos de Joaquín Rodrigo. Una historia real que toca el corazón y
emociona, haciéndote ver la vida a través de los ojos de nuestra protagonista,
y donde el amor y el arte van tan unidos que uno sin el otro no tendrían
sentido. Maravilloso espectáculo.
HACIA LA LUZ
R.M. MANAGEMENT
Dirección.- Alex Ruiz Pastor
Reparto:
Marta Juániz.- Actriz (Victoria)
Adela Martín.- Piano
Eduardo Baranzano.- Guitarra
Ariadna Martínez.- Soprano
Webs.- Hacia la luz
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