¡Hola perdid@s! ¡En
primer lugar, gracias por las más de 7000 visitas! ¡Muchas, muchas gracias! Y
ahora a lo que importa, la nueva entradita…
Tras mi periplo en Madrid, del que iré dando cuenta poco a poco en el
blog, aún me quedan unas cuantas obritas esta temporada en mi teatro por
excelencia, el Teatro Principal de
Zaragoza, y este pasado fin de semana se representaba una de ellas: La
Celestina, la tragicomedia o también llamada “comedia humanista” de Fernando de Rojas, con una versión
dirigida por José Luis Gómez, de la
mano del Teatro de la Abadía y la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Me imagino que conocéis la historia de la vieja alcahueta
que, entre otros oficios, mercadea con el amor y el deseo sexual, con un
trasfondo de represión, fundamentalmente a judíos, en una España de cristianos
viejos, donde el honor y la pureza de sangre era tan importante que el concepto
de judío converso dificultaba los lazos familiares y las uniones
matrimoniales. En ella, Calisto
(Raúl Prieto) conoce a Melibea
(Marta Belmonte) y, prendado de su
belleza, acude a Celestina (José Luis
Gómez), aconsejado por su criado Sempronio (José Luis Torrijo), para que haga algún “embrujo” para ganarse su
corazón, a cambio de una contraprestación económica.
Foto: Compañía Nacional de Teatro Clásico |
Y es a partir de ahí donde se desarrolla la acción, que
no voy a relatar por respeto a aquellos que desconocen la historia (y que no se
la voy a chafar, recomendándoles ávidamente su lectura). En un escenario en un plano inclinado, típico
de las producciones de La Abadía
(recordemos que también el escenario de El público tenía
esta orientación inclinada), del que sobresalen puertas, mesas y escaleras, se
desarrolla la trama de la obra que, durante más de dos horas nos acerca a la
España de la época, donde la hechicería, el temor, la honra y el “cristianismo
viejo” se configuraban como elementos esenciales.
En una obra donde el egoísmo personal se configura como
elemento básico en la sociedad, buscando cada uno su propio bienestar, el
retrato del vulgo por parte del autor es tan intenso que hace que esta obra se
convierta en obra maestra. Es ahí donde
nuestra Celestina, alcahueta de
tradición morisca que envuelve el ambiente con acento del sur, como dicen
el propio José Luis Gómez y Brenda Escobedo, adaptadores de esta
versión, desarrolla toda su acción. Mención
especial merece la maravillosa actuación de nuestra sorprendente protagonista, una Celestina
interpretada por un hombre, encarnada en la piel de José Luis Gómez, que dota al
personaje de una profundidad que lleva incluso a apenar al espectador, a causarle
odio o incluso a hacerle reír dependiendo de cada uno de los momentos de la
acción; y también el desgarrador llanto final de Pleberio (Chete Lera) donde ese egoísmo pierde
toda su razón de ser; todo ello aderezado con música y cantos moriscos
interpretados por la compañía, especialmente por el personaje de
Pármeno (Miguel Cubero) que
dotan a la obra de ese velo judío converso que traslada al espectador a la
época en que se desarrolla la historia.
Brillante adaptación y gran reparto que dotan a una
historia, excelente de base, de esa personalidad que la hace brillar. Tanto si os gustan los clásicos como si los
desconocéis, no debéis perderos esta Celestina u os arrepentiréis… ¡palabra de
perdida!
LA CELESTINA
de Fernando de Rojas
TEATRO DE LA ABADÍA / COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
Dirección.- José Luis Gómez
Adecuación para la escena.- José Luis Gómez y Brenda Escobedo
Reparto:
Pleberio.- Chete Lera
Alisa.- Palmira Ferrer
Calisto.- Raúl Prieto
Melibea.- Marta Belmonte
Sempronio.- José Luis Torrijo
Celestina.- José Luis Gómez
Elicia.- Inma Nieto
Pármeno.- Miguel Cubero
Lucrecia.- Diana Bernedo
Areúsa.- Nerea Moreno
Web.- La Celestina
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